domingo, 21 de octubre de 2012

Trastornos Musculo-Esqueléticos (TME). Parte 2 de 7. Por Juan Pacheco




Ing. Juan Pacheco 

PARTE II. ENFERMEDADES OCUPACIONALES

En el artículo anterior dimos una breve introducción que como está compuesto el SME, y cuáles son las causas de origen laboral que, normalmente contribuyen a la aparición o que complican aun mas algún cuadro clínico existente.

En esta parte, hablaremos un poco sobre las enfermedades de origen ocupacional causadas por los TME, cuales son las principales partes afectadas y las dolencias asociadas según la parte del cuerpo donde aparecen.

ENFERMEDADES OCUPACIONALES POR TME
El dolor muscular relacionado con el trabajo se presenta casi siempre en la zona del cuello y los hombros, el antebrazo y de la región lumbar. Cuando se supone que el dolor muscular está relacionado con el trabajo, se puede clasificar en uno de los siguientes trastornos:

1.    Trastornos profesionales cervicobraquiales (TPC).
2.    Lesión por tensión de repetición (LTR).
3.    Trastornos traumáticos acumulados (TTA).
4.    Síndrome de (lesión por) uso excesivo.
5.    Trastornos del cuello y de las extremidades superiores relacionados con el trabajo.

Basándonos en lo anterior, hablemos un poco de cuáles son las principales partes afectadas por los TME  y las dolencias según la zona donde aparecen:

  • TENDONES
Según Armstrong y cols. (1993) se ha demostrado que los trastornos de los tendones se producen según patrones previsibles. Se localizan en las partes del organismo con altas concentraciones de tensión (p. ej., en los tendones del supraespinoso, el bíceps y los flexores y extensores de los dedos). Por este motivo, existe una asociación entre la intensidad del trabajo y la prevalencia de trastornos tendinosos.
Tambien podemos hacer referencia al trabajo publicado por Leadbetter (1989), el cual nos dice que este patrón también se ha demostrado en deportistas aficionados y profesionales. Los factores comunes en estas lesiones son los esfuerzos repetidos y la sobrecarga.

  • HUESO Y CARTÍLAGO
Otras partes del SME que también se ven afectados son los huesos y los cartílagos, los cuales forman parte de los tejidos conjuntivos especializados que constituyen el sistema esquelético. El hueso es un tejido vivo que se repone a sí mismo continuamente. Su dureza es la adecuada para la tarea de proporcionar una función de soporte mecánico, mientras que la elasticidad del cartílago lo es para proporcionar a las articulaciones la capacidad de moverse.

En este sentido los trastornos específicos a los cuales están expuestos los huesos y los cartílagos son:
  • Osteopenia es el término general utilizado para describir la reducción de la sustancia ósea detectada radiológicamente. A menudo asintomática en las primeras fases, puede manifestarse finalmente como debilitamiento de los huesos.
  • Osteoartritis es el principal trastorno crónico de ciertas articulaciones móviles, y su incidencia aumenta con la edad. Entre las principales articulaciones que soportan carga y que son propensas a la osteoartritis encontramos: la cadera, la rodilla, los pies y las articulaciones de la columna vertebral. El hombro, aunque no soporta peso, también puede sufrir diversas alteraciones artríticas, como desgarro del manguito de los rotadores, subluxación de la cabeza humeral.

  • DISCOS INTERVERTEBRALES
Ocupan alrededor de la tercera parte de la columna. Proporcionan flexibilidad, y transmiten carga hacia ella, su comportamiento mecánico posee una gran influencia sobre la mecánica de toda la columna. Una elevada proporción de casos de dolor lumbar guardan relación con el disco, ya sea directamente a través de una hernia de disco, o indirectamente porque los discos degenerados someten a una tensión excesiva a otras estructuras de la columna.

Según lo anterior podemos nombrar una serie de patologías en las que están envueltos los discos intervertebrales, tenemos:
  • Escoliosis: es una curvatura lateral de la columna vertebral en la que tanto los discos intervertebrales como los cuerpos vertebrales están acuñados. Puede ser debida a un defecto congénito de la columna, como en el caso de las hemivértebras en forma de cuña, o surgir secundariamente a trastornos como la distrofia neuromuscular.

  • Espondilolistesis: es un desplazamiento horizontal hacia adelante de una vértebra con relación a otra. Puede ser consecuencia de una fractura en el puente óseo que conecta las porciones frontal y posterior de la vértebra. Obviamente, el disco intervertebral situado entre estas dos vértebras está estirado y sometido a cargas anormales.

  • Disco roto o prolapsado: La rotura del anillo posterior es bastante frecuente en los jóvenes o adultos de edad mediana físicamente activos. En ocasiones, fragmentos aislados y secuestrados de material del disco atraviesan este desgarro y llegan hasta el canal vertebral. La irritación o la compresión del nervio ciático produce dolor intenso y parestesias (ciática) en la extremidad inferior.

  • Enfermedad degenerativa del disco: Es la denominación dada a un grupo mal definido de pacientes que presentan dolor lumbar. Pueden mostrar cambios radiológicos, como disminución de la altura del disco y posiblemente formación de osteofitos en el borde de los cuerpos vertebrales. Este grupo de pacientes podría representar el estado final de varios estados fisiopatológicos

  • Estenosis espinal: El estrechamiento del canal vertebral que se produce en la estenosis espinal ocasiona compresión mecánica de las raíces de los nervios espinales y de su aporte sanguíneo, con lo que puede dar lugar a síntomas como debilidad, alteración de los reflejos, dolor o pérdida de la sensibilidad (parestesias) o, en ocasiones, no presentar síntomas. El estrechamiento del canal puede, a su vez, estar causado por diversos factores, incluida la protrusión del disco intervertebral y la presencia de artritis con inflamación de otros tejidos conjuntivos blandos.

Según lo anteriormente expuesto, podemos nombrar los principales factores de riesgo asociados estas condiciones:

Carga
La carga sobre los discos depende de la postura. Las mediciones intradiscales demuestran que la posición sedente da lugar a presiones cinco veces mayores que las alcanzadas con la columna en reposo. El levantamiento de pesos externos puede aumentar en gran medida la presión intradiscal, sobre todo si el peso se mantiene separado del cuerpo. Obviamente, un aumento de la carga puede dar lugar a la rotura de discos que de otra manera permanecerían intactos.

Las investigaciones epidemiológicas revisadas por Brinckmann y Pope (1990) concuerdan en un aspecto: la elevación o el transporte repetidos de objetos pesados o la realización de trabajos en posición de flexión o hiperextensión representan factores de riesgo para la aparición de problemas lumbares. Asimismo, ciertos deportes, como la halterofilia, pueden asociarse a una mayor incidencia de dolor lumbar que, por ejemplo, la natación. El mecanismo no está claro, aunque podrían influir los diferentes patrones de carga.

Tabaquismo
Según (Rydevik y Holm 1992) la nutrición del disco es muy precaria, y basta una pequeña reducción del flujo de nutrientes para que resulte insuficiente para el metabolismo normal de sus células. El consumo de cigarrillos puede producir tal reducción debido a su efecto sobre el sistema circulatorio fuera del disco intervertebral. El transporte de nutrientes como oxígeno, glucosa o sulfato al interior del disco se reduce significativamente tras sólo 20 a 30 minutos del consumo de tabaco, lo que puede explicar la mayor incidencia de dolor lumbar en los fumadores en comparación con los no fumadores.

Vibración
Estudios epidemiológicos han demostrado que existe una mayor incidencia de dolor lumbar en los sujetos expuestos a niveles altos de vibración. La columna vertebral es susceptible a las lesiones a sus frecuencias naturales, sobre todo desde 5 a 10 Hz. Numerosos vehículos provocan vibraciones a estas frecuencias. Estudios comunicados por Brinckmann y Pope (1990) han demostrado la existencia de una relación entre tales vibraciones y la incidencia de dolor lumbar. Puesto que se ha demostrado que las vibraciones afectan a los pequeños vasos sanguíneos en otros tejidos, éste podría ser también el mecanismo de este efecto en la columna vertebral.


Revisión Bibliográfica:
Asociación de las Naciones Unidas en Venezuela (ANUV). Diplomado Internacional en Estudios de Ergonomía. (2012)
Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo, Organización Internacional del Trabajo, O.I.T., 3ra Edición, 2001

Elaborado por: Ing. Juan Pacheco.
Correo:  0800.focus@gmail.com

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